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Algunas veces

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Wishlist - Pearl Jam A veces salgo a correr por las tardes. Otras veces cojo la bicicleta para llegar al centro de la ciudad. Pienso poco. Vienen a ser ráfagas breves de pensamientos ligeros, sin demasiado compromiso ni complejidad. Pensamientos rasos y rápidos como aquellas golondrinas que volaban en desorden entre los campanarios mientras Coimbra atardecía en calma. Pienso poco, hablo poco. No hay mucho más. Algunas veces me expongo al ridículo. Adrede. Solo algunas veces. Leo poesía en el parking antes de entrar a la oficina (Brecht, Cavafis) y, algunas veces, antes de apagar la luz por la noche (Vilas, Gamoneda) Apenas como pan ni bebo cerveza cuando ceno solo en casa viendo una serie en HBO con los pies encima de la mesa y la ventana del salón abierta. Lloro emocionado en cada película de Ken Loach. Me río con algunos libros y solo me divierto de verdad al volver a ver mi infancia, como un fantasma que reaparece, en los ojos ma...

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El viento de los años nos barrió inclemente y dejó un retrato rasgado perdido en los cajones del olvido. Pero ni lo dicho ni lo callado afean lo que alguna vez fue y ya es, ahora, a la vez imborrable y póstumo: el delirio de querernos, respirar juntos, sonreir, compartir, sin mañanas ni nudos, una pequeña parte de eso que llamamos existencia. Vete sin pena, sigue tu sendero. Si alguna vez te das la vuelta me verás en pie, celebrando con alegría el dulce recuerdo de nuestro amor.

Mariposas

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Veo a junio dando la vuelta a la esquina, vacilante, con cautela. Detrás de él, sobrevolándolo, van las promesas del verano, mariposas de seda que ponen la mañana perdida con su polvo artero de ilusión. En sus reflejos van los reflejos del mar. En sus destellos van los destellos de los astros en las noches claras. Promesas, estrellas, mares, palabras de un escurridizo futuro que nos hacen caminar hacia adelante.

En cada sonrisa

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Vasijas I - Inlogic Por tu pensamiento se expande ese tono de otros tiempos, esa forma de mirar hacia adentro, hondo, y hacia arriba, lejos Despiértate. Hay un mensaje en el diario cielo, un sentido  en cada sonrisa, un aliento de celebración en cada pulmón manchado de sueño y vida.

Dos días

Hoy brindo por coger el aire que nos queda Inlogic.  Canción de ayer Salto sin miedo y después miro hacia atrás y me veo a mi mismo viviendo. Humana sencillez. Escuché decenas de canciones, con las emociones descontroladas sobre mi cabeza. Comí y bebí, descansé. Me reencontré con viejos amigos. Aspiré tiempo y viento,  elogié el mundo whitmanianamente. Vi formas en las nubes -y resultaron ser las primeras figuras que me vinieron a la cabeza: tres majestuosas aves rumbo a Irlanda- Reí, bromeé y fruncí el ceño.  Me emocioné otra vez, tuve miedos y tuve esperanzas. Te eché de menos... Odié, inútilmente quise cambiar lo que había pasado. Sonreí en duermevela, mientras mis pequeños amigos rascaban la madera y yo me abrazaba al calor de la cama.  Gané tiempo y después lo perdí y después lo pensé mejor y vi que el tiempo pasado no había sido en vano. Esperé. Esperé. Paseé entre los árboles. Caminé bajo las estrellas. Pensé en lo infin...

La mirada que no cesa

Junio de mil novecientos noventa y nueve. Nochevieja de dos mil cuatro. Idus de marzo. Dos mil seis. Verano de dos mil uno. Verano de dos mil diez. Venticuatro de agosto de mil novecientos noventa. Etiquetas que le ponemos a ese artificiado fenómeno que, torpes, simplificamos diciendo tiempo . Sin embargo, mi pulso ha pasado por esos innumerables, continuos y discretos momentos. Mi respiración no ha cesado. Mi mente siempre activa. He atravesado el tiempo. El momento de ahora es medianoche -principios de otoño del año dos mil diez y ocho- Salgo frente a casa. La misma casa, la que cambia pero permanece intacta. Camino unos metros, dispuesto a sellar mi existencia en silencio, como quien dicta un testimonio al viento o escribe el nombre amado sobre la arena. A lo lejos veo las luces parpadeantes de otros pueblos bajo un cielo opaco y silente, y siento que sigo aquí, pilotando a oscuras mi navío. El contorno de las formas apenas varía. Y el mar, ronc...

Lección

Charcos y claros, torbón . Nubes con busto de reyes, soldados y emperatrices que plantan cara al horizonte. Al pie del muro, entre las piedras, germina un verano con lentitud, sin soberbia. Hace falta mirar atentamente para comprender y aún así solo se entiende lo que se ve como la percepción de un relámpago que aparece y desaparece de reojo. Los días ya declinantes. Las quietas noches. El olor del agua de los campos que asciende en silencio hacia el cielo remoto. Una oración antes de medianoche. Si acaso el brillo callado de alguna estrella.