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Gema y el cielo

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 Ventura - Santero y los muchachos   Gema, pienso en ti. Pienso en ti mientras miro arriba, hacia el sur, a un cielo de septiembre extrañamente tibio, un bálsamo de astros para mis párpados cansados.   Toco la madera gastada del banco y pienso en los años lustrados, en el amor que se pierde para siempre cuando se retiene. Cuando no se da y se desperdicia.   Ahora, ya en Tapia, el banco es de piedra y es áspero y el mismo cielo de hace unos instantes ya parece otro. El cielo que no me pertenece, el cielo que no reconozco, el que apenas me conmueve. Y ese es nuestro muro, Gema. -Eso creo- Un cielo que mi mirada altera. El firmamento emocional. La escalera rota que sube al cielo de mi infancia. 

El jardín

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Russian Red - La canción de tu vida (versión de Joe Crepúsculo) El cielo metálico exhala una salpicadura fínisima de estrellas. Mi mente, desbordada, intenta recordar... Pero no hay sitio ya. No se puede avanzar sin soltar lastre. No es posible seguir con "la ilusión de que vivir es indoloro" En el espacio sagrado destinado a los recuerdos han germinado pérdidas y decepciones. Pero también la imparable luz de una esperanza. Ahora vivo en ese jardín que ya es mi casa, y mi amnesia.    

Soy y tengo

Es pronto para la amnesia y tarde para irnos intactos Consejo de sabios. Vetusta Morla   Tengo un poto que nace y una casa, un amor pasajero,  un nido de amores, un padre buscándome,  una familia que aguarda.  Tengo miedo y esperanza, un coche en el taller, un Bill Evans, un Borges, una pena pegada a la piel. Tengo sueños efímeros,  deseos sobre deseos, caos meridiano, astillas de héroe. Tengo los hombros aplastados por la presión, un pasado guardado en la mesita de noche, años brillantes, nocheviejas, lunas de agosto, la infancia marchita, la cabaña en el árbol. Soy, a mi pesar, guardián entre el centeno, el que se preocupa, el dramático, el hombre nervioso, el que aparenta, el niño perdido. Soy árbol, soy el que casi sale,  el que se va, el que se queda,  el muerto viviente, el tonto que friega, los restos de las cenizas,  la hoguera de mi vanidad. Soy el hombre que amó, el deseo en potencia, la luz prometida, el verso suelto, el cisne negro, el mirlo blanco, el hombre corriente, el

Es la fortaleza

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Estoy vivo y he sorprendido las estrellas en el alba Creación. Cesare Pavese   Porque el amor no es enamorarse. Es, una y otra vez, construir el mismo patio donde escuchar el canto de los mirlos, cuando aún es de noche, en primavera Trabajos de amor. Joan Margarit   Bebo un té, en mitad del invierno -un té muy caliente, como el pecho del petirrojo en la nieve, como el corazón dentro del pecho del petirrojo en la nieve- La cortina de vapor me lleva a otro té, lejano , en el sur, cuando aun estudiaba (las primeras temporadas de la serie. El pasado, desde aquí siempre ingenuo e, invariablemente, siempre más feliz). Agua caliente con hierbas que ingiero, subiéndola hasta la boca, y que baja por la garganta hasta el estómago y allí me serena. Y escribo. Al parecer, nieva. Se suceden los episodios de esta temporada. El mar derriba furiosamente un faro. Una ballena rorcual se arrastra hasta la fría orilla de la playa y allí, sencillamente, muere. Es la misma playa en la que nosotros tamb

Almohadas

Tengo dos almohadas en mi cama Solo duermo con una de ellas A veces incluso ninguna me vale para conciliar el sueño, escapar del laberinto de una mente sin raiz Una almohada podría ser para despistar en ella a tus cabellos resistir a la sentenciada distancia que me acompleja y me separa y bloquea un Nosotros de poema y guitarra después de cenar De besos perdidos en el sofá. De copas y pentagramas, de furtivas incursiones al cine y a las cafeterías de jardines buena música, plantas... -bohemia que me atrae contigo a la vorágine de esas urbes que amo y odio: mi sacrificio- Tengo dos almohadas en mi cama Podría dar una. Cederte una parte de mi descanso torpe. Y buscar asi juntos el centro de la cama y el porvenir, del sexo y las estaciones. Nombrar a la vez un lugar común, un lecho, un fuego, un hogar

Ser antes

  Quien no lo sepa ya Lo aprenderá de prisa La vida no para No espera, no avisa Tantos planes, tantos planes Vueltos espuma Tú por ejemplo Tan a tiempo Y tan Inoportuna Inoportuna     Inoportuna. Jorge Drexler   Con cristales como escudos nos acercó la vida al mar y desde allí se inauguró un presente con más luz. Juntos fundamos (nosotros, antiguos conocidos) la inconfundible génesis de un recuerdo. En la mochila cerveza, formas oxidadas, un corazón recosido con el alambre del invierno, el extraño deambular en un presente desaborido y marchito. Juntamos las capas centímetro a centímetro, y en escena dispusimos, con atención, todos los elementos de nuestro empezar: tu almohada de arena, el calor de mi alfombra voladora, los baños, exquisitos y breves, el noble mar que aún respira, los finales de agosto, todos los reencuentros inesperados del mundo, nuestra serendipia. Y así, en la reciente luz, por la sonrisa que esgrimías como una espada, por la arena graciosa en tu pelo y en tu piel,