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Mostrando entradas de 2017

Estar en el momento

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- Yo tuve un gracioso...Bueno, horrible sueño el otro día. Tenía una pesadilla horrible de que tenía 32 años. Y entonces me desperté y tenía 23. Estaba aliviada. Y luego me desperté en realidad y tenía 32. - Mierda. Eso pasa. - Aterrador. El tiempo pasa más y más rápido. Aparentemente, porque no renovamos las sinapsis después de los 20. De ahí vamos en bajada. - A mí me gusta envejecer, ¿sabes? La vida parece... No sé, parece más inmediata. Puedo apreciar más las cosas. -No, a mí también, en realidad. De veras me encanta. -Yo era...baterista en una banda. - ¿Sí? - Sí. En realidad éramos bastante buenos. Pero el vocalista estaba obsesionado con conseguir un contrato de grabación. En lo único que hablábamos y pensábamos era en mayores shows. Todo estaba enfocado en el futuro todo el tiempo. Y ahora...la banda ya ni existe. Y al recordar los shows en que tocamos...incluso los ensayos, era tan divertido. Ahora yo podría disfrutar cada minuto de eso. - Bueno

Hálito de Sundfør

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Como el cometa de aquel verano del noventa y cuatro llegas a esta vida de segunda generación, a este extraño invierno canicular. En alguna parte ya hemos oído el sueño ligerísimo de tu voz, esa promesa que camina hacia atrás... Tus manos pintan salmos sobre un lienzo cenizo donde ya no queda nada, en un mundo que se sostiene a duras penas, como una bolsa de plástico a merced del viento. Mientras saltan las estrellas en tu pentagrama ahí fuera otras cuatro notas dan sentido a la inmensa noche enmascarada. Cuatro referencias (Polar, Sirius, Aldebarán, Vega) Cuatro puntos cardinales entre nuestro archipiélago y el misterio

Cállate

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En la tremenda cháchara el silencio consiguiente bastará para callarnos. Sabremos a quien respetar cuando la mirada común caiga sobre ella como una tormenta. Y, por fin libres, sin querer sobrevolaremos la palabra. Viajaremos callados hacia la mirada del otro.  

Tu ofrenda fue un reloj

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  La memoria es tramposa y yo no recuerdo bien si aquel día quisiste dejarme tu reloj de pulsera o el cargador del móvil. En cualquier caso era algo práctico. Pero aquel detalle, sin especial importancia, se instaló para siempre a la cabeza de mis recuerdos. Octubre iba oscureciendo los días con nubes y frío, las noches ya estaban para ponerse el abrigo y aquel Pilar nosotros íbamos cogiendo el tono, temprano, tranquilamente sentados en el bar de la Plaza. Unas cuantas botellas vacías de Mahou sobre la mesa. Recuerdo que una vez te vi en esa misma plaza, por motivos aciagos. Era antes pero después , ya no íbamos al colegio. Tu voz sonaba precipitadamente grave, de adolescente impaciente. Habías crecido por dentro, como un libro por el que pasan los años, pero tu pelo aún era rubio, tu complexión fuerte, fuerte también tu risa y las facciones de tu cara. Me impresionó tu adolescencia casi arrogante, porque la mía, ni en la voz ni en el bigote, no daba muestras aún de llegar a m

Permanencia

Es denso el desánimo respirado a bocanadas de madera negra, como la atmósfera febril de nuestro planeta, el pesado mirar hacia el horizonte... Quizá hemos de resignarnos a un mundo que agoniza -ya sin disimulo pero también sin reacción- con el hambre y el polvo acechando en la esquina del tiempo distante y la efímera memoria. Asqueado, asustado y triste, pienso en todo esto, sentado en el porche ceniciento con un esbozo del Final golpeándome en la cara y en el pecho desnudo que se enfrenta al viento y al monte. Mientras tanto, la luz enferma se cuelga de mis párpados como un fardo. Pero la especie que represento tiene un doblez de héroe, tiene semillas, vocabulario, juego, ingenio. Tiene la resistencia a claudicar y a soltar el grito perentorio, ese que sellaría -no lo hará, jamás - el sueño de oro y hollín con que se relamen los pirómanos. Sabed que son inútiles vuestras acciones y vana vuestra locura: esta casa familiar permanecerá incólume

Playa de invierno

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Playa de invierno. Existe. Todos los años la olvido y la recuerdo como un sueño recurrente. Hoy pienso en ella. Cada paso falso de agosto es una gris mirada a las rocas, seis meses más tarde. La tarde corta y el sol apocado cayendo por un agujero que ni siquiera el viento nordés consigue esconder. Una promesa de primavera -que nada tiene que ver con el peregrinaje en estos días planos- salta en la adolescencia de cada año y la escarcha se desdibuja allá en la piedra imán y en el perfil sereno de los puentes. Llueve entonces, creedme. Y el estuario se atreve a mostrarse, poco a poco, como un caracol que se ha escondido, retraido, tras haberle molestado tocándole los cuernos. Nada funciona igual en un paisaje que sólo se ve con ojos de estío, festivos y vanidosos, con ojos grotescos como ombligos salientes, ojos que no están saciados de no ver nada sino que además quieren tocar aquello que han inventado hace dos días y que no es la realidad. En cada esquina, sacralizada por

Variar la mirada

Más pronto que tarde llegará un tedio que hasta entonces habremos disfrazado de descanso, ensoñación, proyecciones, ingenuidad... En la foto vieja que un día olvidamos en el cajón veremos caras apenas reconocibles, casi máscaras de un teatro ajeno y obsoleto. Viviremos en el pasado,  como los jóvenes que se fueron  antes de tiempo, como un cuadro de Manchón pudriéndose por las tardes en la sala de estar. Sólo un cambio de rumbo -la imperceptible variación de la mirada- evitará la nostalgia venenosa de aburrimiento, las enfermedades del alma. Ésa y no otra es la primera lucha de nuestro tiempo.

Aire

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Del estuario a la isla. De la isla al puente. Del puente al rio. Las gaviotas cruzan la playa desierta, una y otra vez. En busca de ángulos hacen círculos, trazan lineas, tejen espacios que mi pequeña historia solo acierta a sospechar. Siempre que vengo aqui parezco llegar en el momento naciente. En el preciso instante. En el dificil instante del nacimiento y el adiós

Contra la seducción - Bertolt Brecht

"No os dejéis seducir: no hay retorno alguno. El día está a las puertas, hay ya viento nocturno: no vendrá otra mañana. No os dejéis engañar con que la vida es poco. Bebedla a grandes tragos porque no os bastará cuando hayáis de perderla. No os dejéis consolar. Vuestro tiempo no es mucho. El lodo, a los podridos. La vida es lo más grande: perderla es perder todo" Contra la seducción - Bertolt Brecht

Claro de bosque

En la profunda fronda adormecidas fieras habitantes callados de las cavernas Éramos- Manolo García El tiempo es un rio que se come a bocados las paredes de nuestra casa. Hubo un momento... hace años. Yacíamos tendidos de espaldas en el círculo de sol que deja el verano en aquel monte. Juntas las palmas y el sudor, mirábamos al cielo, las copas terrenales de los eucaliptos, la elegancia fractal de una piña allá en lo alto. Los blancos cuerpos recogían la luz y el sencillo vaivén de las ramas. Así sucedió. Después, el aire diáfano se extinguió y, nómadas, llevamos nuestro amor a otros lechos. Desde entonces busco tal conjura en otro claro de bosque: amarte con el tiempo y el calor detenidos sobre la hierba.

Esferas en la oscuridad

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Volver a volver - Gabo Ferro En la oscuridad callo... Y las caras aparecen y desaparecen, otra vez, como espejismos incomprensibles. Hacía tiempo que no volvían hasta este lecho eterno donde yazgo. Ya hay paz y silencio en la atmósfera cargada de recuerdos y esferas, las que cierran el círculo y sellan el breve tiempo. La habitación primigenia, los primeros olores, las emociones físicas que duraron tan poco... Y después el tedio y las promesas. Seré mi propia madre, seré mi propio padre y así voy a aprender que irse es volver a volver.

Hogar

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Oh, let me see your beauty when the witnesses are gone Dance me to the end of love Envejecimos lentamente. Los atardeceres caían uno a uno sobre la terraza, como telones que cierran, noche tras noche, una función exitosa. Desde allí bebíamos vino, bailábamos y saludábamos a la luna y al viento del invierno. En silencio recordábamos a nuestros padres, los lugares ya tapados, antiguos olores, viejos sonidos de grava y madera. En noches de brisa  guarnecíamos la llama de las velas con un cuenco de manos. A veces complacía y a veces quemaba. A eso le llamamos hogar.

Poema imprevisto

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The Story-Brandi Carlile Detengo la maquinaria en mitad del camino, en medio de ninguna parte, en el sitio exacto donde ya no se espera nada. Busco un poema rápido para engancharme al presente y cazarte al vuelo como una mariposa. El caso es que han pasado los años y mi pelo es más blanco. He ido llorando cada vez menos, a medida que aumentaban los problemas y se afeaban los trailers de las primaveras y los veranos cruzaban ante nuestros ojos como pequeños impalas, bellos y esquivos. Acabaremos viendo el mundo en blanco y negro... No estoy triste, es sólo este gris... el color que toman las voces cuando entran por la puerta después del trabajo, los niños tras pantallas azules, el silencio de una casa llena de hartas caras y allegados, la rutina que pone todo perdido. Para esto sirve parar, supongo: escribir un poema rápido, concebido para conmemorar un amor, y terminar dibujando una tristeza leve. Imprevistos, serendipia... Por eso -también- la poes

El tiempo

En la naturaleza, a través de los ciclos estacionales y de los de producción de la tierra, todo está naciendo y muriendo constantemente y se nace para morir, pero también se muere para nacer. El invierno siempre da paso a la primavera: el eterno retorno que decía Eliade y del que ya hablaban los antiguos poetas hindúes, y más gente. Cada año uno vuelve a conectar con el principio de la vida, y eso tiene la enorme ventaja de que amortigua considerablemente la angustia que genera el tiempo lineal; la angustia por el paso del tiempo, por el tiempo perdido, por el sueño de detener el tiempo, que es la angustia del hombre de hoy porque el hombre de hoy vive de espaldas a la naturaleza. Los ritmos de la naturaleza se aceleran o detienen a voluntad y ya no marcan la vida humana y social, por lo que el tiempo cíclico ha desaparecido y el predominio del fungible y de la angustia vital que comporta son absolutos. En las sociedades tradicionales, además, la familia era troncal: estaba formada por