La poesía no engorda
Qué vago y qué trampa
es un poema,
qué caprichoso, qué falso,
qué fácil, qué absurdo,
qué efímero, qué complicado...
Esta anarquía comunista
(tan distópica)
no sabe
disimular su última capa de mentira,
la punta visible de sus axiomas primigenios:
la poesía
es la mitad de un par de alas
para volar sin rumbo,
un revolver perentorio
tanteando el paladar.
La poesía no engorda,
engordas
tú.
Comentarios
Aun así, es algo que va con uno, imposible de soltar o de dejar atrás.
Salud