Borrador



Nunca más volveré a pisar Barcelona,
ciudad enigma, fantasma que siempre
he ignorado en el pensamiento
y en mis sueños.
Hoy voy a Valparaíso,
a Buenos Aires, Toledo,
Cuenca, Nueva Orleans,
Venecia, Chicago,
Sarajevo.

Cosmopolita exquisito,
sólo me valen los adoquines
de las calles
como las de esa ciudad
andante y reflexiva
-Estrasburgo-
Me valen algunos parques,
las azoteas, algunos puentes,
las tiendas pequeñas sin letreros
y sin hilo musical,
las bicicletas demodé
y las estaciones de tren,
esas cavernas en penumbra
de las urbes.

Rural acérrimo, pero cansado
de pisar la grava y los senderos,
de mirar el pueblo
-desde lejos, in situ,
como se mira el mar
con los prismáticos-
así camino yo por mis días.

El hastío descansa
intermitentemente.
Entre lunas
sigo andando.
Entre el hormigón
y la floresta.

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