Leonard Cohen
Dormir, lentamente, escuchando tu voz. Ir cayendo, poco a poco, en un remolino de sueño dibujado de cicatrices. Dormir, lentamente, como si el mañana fuese la oscuridad que busco a tientas con las manos, como si esta noche tuviese dentro todas las noches. Ángel negro y sedante. Padre nocturno. Habla y dime qué ves al otro lado .