Enero
Caminamos juntos. Recorremos el pueblo siempre por los mismos caminos, la ruta costera, las pistas, las carreteras que circunvalan los montes y las fincas. Ella lleva las mejillas enrojecidas por el fresco de enero y un cansancio leve que le sienta bien. Ha caminado mucho en todos estos años. Según los cálculos que hemos hecho ella y su amiga han caminado más de diecisietemil kilómetros en estos treinta años. Por eso sabe andar por el pueblo. Al pasar saluda a los vecinos, que se mueven tristes o distraídos en los alrededores de sus casas. Ella los saluda por el nombre y en cada saludo hay una historia que agoniza. Hola, Patricio Hasta luego, Socorro Adiós, Germán.