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Por el medio y a romper

En esta madrugada marziana me asaltan otros marzos, sobre todo en el techo, en el pecho, y en todos los músculos del insomnio Por el canto de estos versos pasan de puntillas recuerdos sofocados de otras épocas El conjunto de lo que fui parece indefinirme ahora en plena cresta de la ola mientras que en cierta ocasión fui uno de mis futuros. Y es que a veces tienes que ser tú quien se arriesgue a tirar el penalti que te va a hacer ganar A veces es preciso que seas tú el pre-héroe o el héroe nefasto que se juega la ruina en cada riesgo En eso consiste la redención, la supervivencia emocional llena de agujeros

Fatiga

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Qué cansada, pensé La carrera Atravesar Constantemente La frontera Sin olvidar la casa Ni perder los papeles Las llaves La cartera El corazón Desdibujado en un bloc Las cosquillas Las tristezas El te lo juro Todo La vida verdadera Qué horrible Y cansado Reinventar cada día La ilusión El futuro La esperanza Imaginar planetas Sin balas Ni despechos 10 horas de sueño Desayuno Viva la guerra

No tengo el tórax de titanio

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Estaba ido. De aquí para allá bailando con el balón y con el espacio con una vitalidad infantil. Y volea para arriba, y control con la puntera, regates imaginarios, giros, cambios de ritmo, bicicletas. El sol sin dolor se filtraba por el vacío que permitían dos edificios y un eco más propio de un bosque que de un barrio residencial entonaba a lo largo del parque. Cuando pasé la primera vía ya no pensaba en el percance de la estación. No tenía sentido. Siempre iba desquiciarme con la inoperancia de esa gente. No merecía la pena. Y además estaba contento. Que no feliz. Y entonces se abrió el telón, o se cerró, y mi menté se fue más lejos. A un lugar común. Allí donde terminaron tus sonrisas. Entonces Fanjul centró desde el córner, de rosca, de los que el dolor violento en la frente se alivia con el sonido del cuero rozando la malla. No iba mal, a medio metro de mi cabeza. Salté, a lo Zamorano, piernas abiertas, cuello arqueado. Y entonces pasó el revisor, justo en la veintitres y saqué...