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Mostrando las entradas etiquetadas como recuerdo

Abro interrogación

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  Lana Del Rey - Fuck it I love you / The greatest Es breve la vida. Es un arrebato caprichoso. Es la última vez que veo los pesegueiros en flor, la noche de marzo, como una gasa que se posa sobre el asfalto y los caminos. Es este el último recuerdo. Será que se adivina el final en el reverdecer de los principios. Es esto la vida. Un reguero de pérdidas, una efeméride, una salva atropellada de emociones. Es una pregunta, es una respuesta. Cierro interrogación...

Tu ofrenda fue un reloj

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  La memoria es tramposa y yo no recuerdo bien si aquel día quisiste dejarme tu reloj de pulsera o el cargador del móvil. En cualquier caso era algo práctico. Pero aquel detalle, sin especial importancia, se instaló para siempre a la cabeza de mis recuerdos. Octubre iba oscureciendo los días con nubes y frío, las noches ya estaban para ponerse el abrigo y aquel Pilar nosotros íbamos cogiendo el tono, temprano, tranquilamente sentados en el bar de la Plaza. Unas cuantas botellas vacías de Mahou sobre la mesa. Recuerdo que una vez te vi en esa misma plaza, por motivos aciagos. Era antes pero después , ya no íbamos al colegio. Tu voz sonaba precipitadamente grave, de adolescente impaciente. Habías crecido por dentro, como un libro por el que pasan los años, pero tu pelo aún era rubio, tu complexión fuerte, fuerte también tu risa y las facciones de tu cara. Me impresionó tu adolescencia casi arrogante, porque la mía, ni en la voz ni en el bigote, no daba muestras aún de llegar...

Volver vacío

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Me llevo mucho. Casi todo excepto un otoño. Me llevo las calles rotas, las miradas duras, el tiempo lavado como una roca en la esquina de un río. Me llevo la colección de acentos, las miradas duras que no dejan de recordar el futuro robado a un país, su derrota circular. Me llevo los pies descalzos, perpetuados como una maldición en el cuerpo de los niños. Me llevo el mar ambiguo, las playas, los pocos perros que siempre son el mismo, el que intenta comprender el idioma del hombre estúpido y sonriente, el idioma del hombre estúpido y afligido. Me llevo miles de recuerdos, algunos irrecuperables, algunos lacerantes como el de los dos hermanos en mitad de la noche, caminando bajo la luz única de millones de estrellas, en una carretera hacia ningún sitio. Me llevo a mí, a mis heterónimos, A mis he sido, mis revival, mi continente mudado, alterado, infectado, enfermado, resurgido. Me llevo lo que fui y lo que voy a ser. Es o...

Descenso

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Atardece sobre los campanarios, en una ciudad amarilla o en un café bajo la lluvia (no importa) Mucho antes , el trascurrir del tiempo en la ribera del rio se volvió una fotografía inmóvil que muestra a una familia entre los juncos, como una tribu. Por el día están atentos a las mareas y al lenguaje, que da comienzo. Por la noche se quedan ensimismados en la sombra azul de la luna y en el mar antiguo que lanza las olas con desgana hasta la orilla. Es la memoria, que no sabe -como un liquen en la roca o un libro viejo olvidado en las estanterías del desván- Es la memoria, que no sabe. Se desliga del hombre y continua avanzando, a tientas, hacia su final.

Noche de verano

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Reías, y yo amaba el mundo bajo tu vientre.  Allá arriba el fulgor argénteo sobre tu espalda desafiaba al tiempo y a las máscaras,al olvido... El cielo nos señalaba con sus guiños y su enigma y una luna fértil volvía para aparecer fantasmal sobre mis sueños. ¿Qué decir del mar en manos de tu mirada o de tu cabello enrroscado como una serpiente azul sobre la toalla? Est ábamos ah í, vivíamos en esa burbuja.   Con el beneplácito de la noche   volvimos a besarnos hasta el amanecer.

Camisa blanca de juventud

En el pasado fue terrible constatar el pasado precedente, concebirlo tan sólo,  ponerle otra vez sonrisa, dimensión,  casi palparlo como a un fantasma indómito superviviente de entretiempo y exilios. Llovió después bastante y el radio de tiempo colgado de ese eje preciso conmemoró la pérdida, año tras año, como la leyenda inscrita en cada vuelta del cinturón de fuego y tiempo de un roble inmemorial. Sigue lloviendo ahora y los lodos son ya sedimentos de historia, arqueología de sentimiento, una mancha morada tan prescindible como imposible de borrar de la camisa blanca de la juventud.

Por el medio y a romper

En esta madrugada marziana me asaltan otros marzos, sobre todo en el techo, en el pecho, y en todos los músculos del insomnio Por el canto de estos versos pasan de puntillas recuerdos sofocados de otras épocas El conjunto de lo que fui parece indefinirme ahora en plena cresta de la ola mientras que en cierta ocasión fui uno de mis futuros. Y es que a veces tienes que ser tú quien se arriesgue a tirar el penalti que te va a hacer ganar A veces es preciso que seas tú el pre-héroe o el héroe nefasto que se juega la ruina en cada riesgo En eso consiste la redención, la supervivencia emocional llena de agujeros

El beso impar que pudo ser dos (o viceversa...)

Me baso en un beso O dos Un vestido rojo (memorable) Y unas palabras nonatas que no sabremos si tal vez hubieran llegado a atenuar mi despavorida huida de la realidad Te dije bésame, aprovecha el dry martini de mi aliento (ironía) Te dije deja ese postmundo en el que nunca estuve (ira) Te propuse, a modo introductorio, pequeños aforismos románticos envueltos en códigos secretos que sólo tú y yo conocemos (paréntesis en venta) Ok, todo es mentira a varios niveles excepto el beso impar, el vestido rojo y la menopea (sic) Ya puedes dejar de preocuparte por lo que no sucedió

Sueño coral

Sueño coral , cajón desastre Mucha gente de aquí y de allí Desconocidos, la hipótesis de otra mujer desencadenándolo todo , una muerte que ni me va ni me viene... Una putada para levantarse una mañana de marzo Sueño coral donde creiste acabar conmigo siendo extremadamente simpática con todo el mundo (yo incluído) donde una casa legendaria se termina y con ella su desván de libros y misterio, las tardes debajo de la higuera, la portalada exclusiva de este sueño, la casa cortazariana (digámoslo así) perdiéndose en el sumidero del presente y la burocracia Sueño coral de decepciones y banquetes De cantantes de punk atendiendo comedidamente a mis monólogos taciturnos en la cúspide de la noche Sueño coral que cataliza de algún modo el día que viene y las próximas vacaciones y te vincula a mí y al mar, a las romerías de verano, a los 800 kilómetros y a tantas otras noches de profundo desarraigo Lo admito: como un hacker conseguiste entrar brillantemente en un universo que no era el mío: mi ...

Cazando terodáctilos

Busco en las aventuras de mis sueños los dinosaurios que no soy de capaz de cazar en mi día a día, me arrastro entre bosques de antídotos agarrado tembloroso al fusil como si fuera la civilización entera lo que se está jugando en esta causa que es sólo mía. Me relajo en los pasos fronterizos, en las paradas forzadas, como cuando eramos niños y en nuestros juegos casa era la seguridad en toda su definición, pero no sabíamos, no podíamos ni imaginarnos que esa metáfora sería la suprema, la más importante nada más abandonar la infancia. Ahora las mareas son constantes y nada se termina nunca sino que todo se tambalea, continuamente, sin romperse, y a veces cuesta hasta respirar el oxígeno infinito en los acantilados que gobiernan el mar con esa posición de animal maltratado, servil y pétreo. Es una pena, tenemos la solución: aparece y desaparece en momentos de lucidez embriagadora, la soltamos, se la lleva el viento como una hoja y vuelve caprichosa boomerangueando en un zis zas zis zas,...

Es cierto

Los niños no tienen pasado Es triste y es bello Pero, sobre todo Así es .

Fue el mar

Primero fue un pozo, un muro, una ola Después fue un charco bombardeado de lluvia Un arco iris, cordillera de nubes Una plaza, la república de tu ausencia Olor a mar, tierra mojada Después fue huída Un paseo por las calles, unas notas tristes (El ocaso del siglo, la alborada que vino) Luego fue una tarde de miedo en el sol Fue la luna, el techo infinito, la complicidad de los astros Los adoquines de arena invisibles Entonces fue la sal El susurro de la marea Y finalmente... el mar Y siempre es el mar El fantasma El aullido Y el trueno El palacio donde se mecen mis recuerdos

La estimación

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Algunas veces veo nebulosas Otras veces veo nítidas figuras en el espacio Ya no depende de mis gafas Ni siquiera de mis ojos de perplejo barniz Se trata de la gravedad que mi mente confiere a los elementos Es la estimación diluyéndose suavemente en el recuerdo