La mirada de Jovellanos
También me edifica el viento, la singularidad, el cielo, el ocaso paciente que demora la tarde. También fui yo la persona que corre allá en la orilla, la elipsis del ave, el mar encabalgado, el tiempo que devora la tarde. Fui cualquier playa en mayo. Cualquier mar, el triunfo de la épica, mirar al animal sinuoso que aplasta y barre la tierra. Que la dignifica. Fui yo mismo aquí. Ahora puedo recordar... Fui la mirada de Jovellanos desde su celda. Su mar, el mío y todas las cadenas. El aire ancho y violento. La mirada de un hombre que sostiene la tarde.