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Mostrando entradas de noviembre, 2010

Huir jamás

Despreciar el presente es renunciar a un reino, escupir en la alfombra voladora con la que sobrevolamos el abismo

La recompensa

Puede que, alguna vez, mientras fuimos continentes en calma, nos haya asaltado de repente la intuición de un futuro ennegrecido. Si efectivamente pasó fue tan efímero como la captura de los vientos dentro de la tempestad y ser conscientes del fugaz desfilar del tiempo tampoco nos asegura ninguna felicidad en beneficio. Ahora sí, cuando estamos precisamente en ese reverso tenemos ciertas facultades. Se visten de creatividad o tesón, de filosofía directamente extraída de nuestros pequeños infiernos diarios. Puede que haya otros métodos, qué fue de la perspectiva, dónde está la conciencia cómica que nos hace un poco más libres cuando nos subyuga el miedo. Es importante saber que cuando estamos mal nuestro existencialismo es la inercia al final de bajada, la recompensa.

Antiadivinanza

Imagen
Yo no escribo adivinanzas Ya hay suficientes enigmas en el mundo como para esconder el amor detrás de una cortina de mentiras

Fuegos fatuos

LN Granada___Supersubmarina Por el día voy recogiendo, como un coleccionista, los asombros que disemina tu recuerdo Al llegar la noche los guardo uno a uno desordenándolos a propósito entre las sábanas, y más tarde, cuando no hay mucho más que espejos en la madrugada, me despiertan unas cosquillas insoportables, son los asombros encendiéndose como cerillas diminutas, traviesos fuegos fatuos portando el mensaje maravilloso de tu sonrisa

Poesía

La violencia es como la poesía, no se corrige No puedes cambiar el viaje de una navaja ni la imagen del atardecer imperfecto para siempre Entre estos árboles que he inventado y que no son árboles estoy yo Roberto Bolaño La universidad desconocida Poema de la página 88

De lo cómico (Sólo hay ofensa si se ignora que la dignidad es una ficción)

"El mundo es una ilusión, un escenario en el que todos tenemos frases que decir y un papel que representar. Cierta clase de actores, al reconocer que están en una obra, seguirán actuando a pesar de todo; otra clase de actores, escandalizados de descubrir que están participando en una mascarada, tratarán de irse del escenario y de la obra. Los segundos se equivocan. Se equivocan porque fuera del teatro no hay nada, ninguna vida alternativa a la que uno pueda incorporarse. El espectáculo, al igual que el teatro kafkiano de Oklahoma, es, por así decirlo, el único que hay en la cartelera. Y lo único que uno puede hacer es seguir representando su papel, aunque tal vez con una nueva conciencia, con una conciencia cómica" Fragmento de Dietario voluble Enrique Vila-Matas