La recompensa
Puede que, alguna vez, mientras fuimos continentes en calma, nos haya asaltado de repente la intuición de un futuro ennegrecido. Si efectivamente pasó fue tan efímero como la captura de los vientos dentro de la tempestad y ser conscientes del fugaz desfilar del tiempo tampoco nos asegura ninguna felicidad en beneficio. Ahora sí, cuando estamos precisamente en ese reverso tenemos ciertas facultades. Se visten de creatividad o tesón, de filosofía directamente extraída de nuestros pequeños infiernos diarios. Puede que haya otros métodos, qué fue de la perspectiva, dónde está la conciencia cómica que nos hace un poco más libres cuando nos subyuga el miedo. Es importante saber que cuando estamos mal nuestro existencialismo es la inercia al final de bajada, la recompensa.
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Un abrazo,
VD