Como en la vida la geometría en la playa no existe. Se es un naúfrago ya en la orilla, como un peatón apasionado de las arenas, casi un animal cretácico que entra vacilante a nadar en las aguas de un mar sin centro. Me he perdido allí muchas veces -contigo, contigo, conmigo- Al salir siempre he acabado encontrándome, ajustado, ganador de un duelo, listo para ser otra vez libre desde el principio.