Descenso
Atardece sobre los campanarios, en una ciudad amarilla o en un café bajo la lluvia (no importa) Mucho antes , el trascurrir del tiempo en la ribera del rio se volvió una fotografía inmóvil que muestra a una familia entre los juncos, como una tribu. Por el día están atentos a las mareas y al lenguaje, que da comienzo. Por la noche se quedan ensimismados en la sombra azul de la luna y en el mar antiguo que lanza las olas con desgana hasta la orilla. Es la memoria, que no sabe -como un liquen en la roca o un libro viejo olvidado en las estanterías del desván- Es la memoria, que no sabe. Se desliga del hombre y continua avanzando, a tientas, hacia su final.