Naturalmente tú
Tu tez, luz en el invierno. Tus pecas en las mejillas y en la frente, en verano. Tu pelo posado como el copo caído que sigue el curso de un río. La cicatriz accidental en la mejilla izquierda, sus variaciones, su suavidad. Tus iris, tus orejas, los pliegues de tu cuerpo cuando te retuerces en unas cosquillas o en el estático amanecer. Naturalmente tú. El segundo dedo de tu pie derecho -empezando por la izquierda- El centro de tu espalda, el lugar exacto donde dejo mis besos como banderas. El aire que sueñas cuando te duermes en el sofá. Naturalmente tú. Solo tú.