Agraciado

Me conforman vuestras miradas,
la risa que me regaláis
cuando hago el tonto para vosotros.

Soy vuestra paciencia,
el tiempo que cedéis,
la libertad compartida,
el cien por cien de vuestros silencios.

Temo un mañana
en el que el desayuno
me encuentre a solas
con vuestra ausencia.
Ese augurio fatal.

Vivo porque me miráis.
Sigo, porque vuestra ubica presencia
me lanza directamente
a la vida.

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