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Mostrando entradas de febrero, 2022

Cieno

Pero te veo sonreír y el sol dora tu cabello. Dios mío, por qué para ser feliz es preciso no saberlo, por qué siento el amor y lo quiero mirar y no consigo verlo, por qué lo amado hoy con el tiempo se hará doloroso y extraño. En lugar del amor. Nacho Vegas   Me detengo por fin en el cálido estuario de trinos y carreteras lejanas. Siento el río desde fuera del río: soy testigo del tiempo.   Nunca llueve ya. Tampoco hay lágrimas en los extremos de la mirada. Las manos secas, el corazón sin llave...    Sé que están en movimiento las partículas invisibles que han de insuflar vida. Se agitan como la nieve de esas bolas de cristal que encierran una ciudad, o un paisaje. Sé que, cuando caigan las partículas, cuando llegue, por fin, la calma, un sentimiento indeterminado aparecerá más tarde -otra promesa- como un sedimento paciente que se deposita por fin en el fondo diáfano del río.