El emisario de tu reverso
En algún eje del tiempo
coincidió tu ausencia con la playa vacía.
Hubo una resta entonces
y del choque salió
tan solo un yo victorioso,
celebrando la soledad
pero también sufriendo
condicionales interrumpidas,
la amputación del agua
sin tu cuerpo.
Después volviste
y volvió la pleamar a las tardes
atizadas por el viento,
y vivimos.
Ahora llega el otoño, aturdido y seco,
como un emisario de tu reverso,
como si, con retraso,
llovieran postales sobre las ciudades
y los niños fueran estatuas
incapaces de recordar
las sílabas de tu nombre.
coincidió tu ausencia con la playa vacía.
Hubo una resta entonces
y del choque salió
tan solo un yo victorioso,
celebrando la soledad
pero también sufriendo
condicionales interrumpidas,
la amputación del agua
sin tu cuerpo.
Después volviste
y volvió la pleamar a las tardes
atizadas por el viento,
y vivimos.
Ahora llega el otoño, aturdido y seco,
como un emisario de tu reverso,
como si, con retraso,
llovieran postales sobre las ciudades
y los niños fueran estatuas
incapaces de recordar
las sílabas de tu nombre.
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