Permanencia
Es denso el desánimo
respirado a bocanadas
de madera negra,
como la atmósfera febril
de nuestro planeta,
el pesado mirar hacia el horizonte...
Quizá hemos de resignarnos
a un mundo que agoniza
-ya sin disimulo pero también sin reacción-
con el hambre y el polvo
acechando en la esquina
del tiempo distante
y la efímera memoria.
Asqueado, asustado y triste,
pienso en todo esto,
sentado en el porche ceniciento
con un esbozo del Final
golpeándome en la cara
y en el pecho desnudo
que se enfrenta al viento
y al monte.
Mientras tanto, la luz enferma
se cuelga de mis párpados
como un fardo.
Pero la especie que represento
tiene un doblez de héroe,
tiene semillas, vocabulario,
juego, ingenio.
Tiene la resistencia a claudicar
y a soltar el grito perentorio,
ese que sellaría
-no lo hará, jamás-
el sueño de oro y hollín
con que se relamen
los pirómanos.
Sabed que son inútiles
vuestras acciones
y vana vuestra locura:
esta casa familiar
permanecerá incólume
mucho tiempo después
del paso depredador
de vuestra estirpe.
respirado a bocanadas
de madera negra,
como la atmósfera febril
de nuestro planeta,
el pesado mirar hacia el horizonte...
Quizá hemos de resignarnos
a un mundo que agoniza
-ya sin disimulo pero también sin reacción-
con el hambre y el polvo
acechando en la esquina
del tiempo distante
y la efímera memoria.
Asqueado, asustado y triste,
pienso en todo esto,
sentado en el porche ceniciento
con un esbozo del Final
golpeándome en la cara
y en el pecho desnudo
que se enfrenta al viento
y al monte.
Mientras tanto, la luz enferma
se cuelga de mis párpados
como un fardo.
Pero la especie que represento
tiene un doblez de héroe,
tiene semillas, vocabulario,
juego, ingenio.
Tiene la resistencia a claudicar
y a soltar el grito perentorio,
ese que sellaría
-no lo hará, jamás-
el sueño de oro y hollín
con que se relamen
los pirómanos.
Sabed que son inútiles
vuestras acciones
y vana vuestra locura:
esta casa familiar
permanecerá incólume
mucho tiempo después
del paso depredador
de vuestra estirpe.
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