Hablo de lo que somos




Llueve, madre. Aún es pronto.

Es una opción seguir errando
pero también lo es cambiar
y caminar juntos, hacer alguna de esas cosas
que nunca solíamos hacer:
ver los relámpagos caer como alambres
sobre el altar de hierro en la playa,
ir de la mano bajo las lunas de Lisboa en abril,
enseñar juegos a los niños, aprender de nuevo
un idioma, repasar los ríos y las canciones,
los nombres de las casas,
abrazarnos, contar secretos,
viajar.

El día de hoy está pidiendo
regresar, con esfuerzo, al corazón del Cioyo
o volver a rasgar con un cuchillo
las barbas de mejillones
atados a las rocas,
como haces para siempre
en esa vieja fotografía.

Mirar a la cámara, juntos esta vez,
contenidos, inquietos,
mirar al futuro, quedarnos
   así.




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