Técnicas de autoayuda
Embrutecido y solo, pensaba en lo inútil de definir una percepción concreta de mis ídolos. De cuando en cuando finas esquirlas de cristal de espejo se formaban trabajosamente al contacto áspero con el rail de la mirada caleidoscópica. Las distancias mates y fresadas de sus bordes eran certezas de algo ajeno, oblicuo a la realidad más inmediata, una especie de representación holográfica sin definición cromática ni corporeidad. Con el soplo eólico del sueño me difuminé disperso y ágil, mustio, como aquel muchacho tímido que hace años lloraba conmovido por el brillo elitista e injusto de las estrellas. No hay derecho, ayer de madrugada Tomorrow volvió sin prisa. Lucía un desdén lento y seco, vírico, como la lava de un volcán deslizándose vomitiva por las laderas. Las marcas del reloj se fueron distanciando, lo suficiente para que yo decidiera escapar despavorido de la cama atroz donde ya a esas horas intempestivas se cantaban, voz en grito, axiomas éticos y literatura gris a partes ig...