Algo pasa con este tiempo sin concesiones, con esta noria de intensidad furiosa y salvaje. Por otra parte son delicados sus satélites y de ecuánime belleza las marcas de arena y espacio amontonadas apocalípticamente en los vestíbulos, delimitadores de esta orilla definitivamente efímera. Pecados y faltas , errores añejos, todo eso ya está formado. Y es ahora -confluencia extraña, transición turbadora- cuando nos toca pasar por caja, muchas veces, y sentir la intensidad que fluctúa y que sigue , la tensión irresistible , usurera bandida de nuestros septiembres.