Pues eso


A cambio de las letras que no regresan
se acumulan los libros,
cajas de sueños, esperanzas, cóleras
que (es muy probable)
no leeremos nunca.

Por todas partes libros en desorden,
objetos de ansiedad, mudo reproche
de no haberlos abierto.

Miedo a morirse
sin hojearlos siquiera.

Con qué cinismo, 
con cuanta desvergüenza o qué locura,
después de todo esto nos ponemos
a escribir otro libro.


Los demasiados libros___José Emilio Pacheco

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