Lluvia, domingo
Y allí estábamos con la ventana abierta y las sábanas a flor de piel. Recordábamos canciones de lluvia mientras olíamos lluvia y veíamos agua de lluvia a través de las cortinas grises. Días atrás, en la ducha, frotaba los dedos mojados y un montón de ranas asomaban por la mampara haciéndote sonreir. También hubo lluvia entonces. La lluvia alegre que resbaló por tu cuerpo para llegar irremediablemente al cielo. La lluvia que nos recoge con su olor y su memoria de relámpago y nos hace ser más humanos.
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