Maracanda y yo


Normalmente tras una larga noche de fiesta y borrachera en la que se suceden múltiples acontecimientos te despiertas en tu cama (o donde sea) con la sensación de no recordar muy bien qué exactamente pasó. Entonces le das unos minutos a tu cerebro para que se adapte al nuevo contexto que sobreviene al sueño y que así los recuerdos empiecen a fluir.


Eso es lo que hice esta mañana. No había salido de fiesta pero sabía que por la noche había tenido actividad como sonámbulo. Una de esas noches en las que algo, que no soy yo, se lo pasa pipa a costa de mi cansancio y de mi mismo.

Ya con los ojos abiertos pensaba qué podía haber hecho mientras no era yo. Busqué pistas en el desorden de la habitación, algún objeto roto, algo cambiado de lugar, luces encendidas etc. Entonces un ínfimo recuerdo me asaltó: había escrito algo en el móvil. No era la primera vez y no creo que sea la última que escribo algo totalmente dormido, tanto en el móvil como en papel. Con trabajo (y con intriga y emoción) cogí el teléfono de la mesita de noche y me decidí a comprobar la bandeja de mensajes borradores. Había varios pero el último databa del 25 de octubre. 5:59 de la mañana. Tuve que pensar si realmente hoy era día 25. Lo era. Accedí y vi una sola palabra, una palabra desconocida, exótica. Sonora pero frágil, como de diosa antigua. Nueve letras de total enigma. Había escrito la palabra Maracanda.

Me levanté perplejo, jodido, sin ganas de desayunar. Atónito, en una palabra. Entonces pensé en consultar a Mr.Google, ese especie de Dr. Know millonario pero que no mola tanto, para ver si me arrojaba un poco de luz. Éste me llevó a un blog o una página de historia...

Maracanda fue una antigua ciudad persa situada en las orillas del río Saravsan. Fue una de las ciudades más antiguas del mundo aún habitadas. Próspera, se localizaba en la ruta de la seda entre China y Europa y llegó a ser de las urbes más grandes de Asia Central. Fue conquistada en el 329 AC por Alejandro Magno. Dicen que la ciudad se opuso ferozmente a ser sometida pues contaba con fuertes defensas.
Hoy Maracanda es Samarcanda, la tercera ciudad más grande de Uzbekistan. Medio millón de habitantes, patrimonio de la humanidad por la UNESCO...

Todo esto estaba guay, quedaba misterioso, sería una buena historia para el blog. Pero pensé que no tenía mucho sentido. La palabra podía haber estado alojada en mi subconsciente desde hace meses, o años y podía no tener relación con la ciudad persa.

Así que, pasadas ya unas horas, aún son muchas las teorías que se agolpan en mi cabeza:

Una: la más peliculera. Maracanda es mi destino. Debo peregrinar a Maracanda. A lo alquimista, no me convence nada.

Dos: soy la reencarnación de uno de los reyes que cagaron en un trono de oro en Maracanda. Tampoco.

Tres: Maracanda es un punto de inflexión en mi vida y a partir de ahora todo irá a mejor; o a peor.

Cuatro: Maracanda es una cumbia caribeña que se coló en mi subconsciente en la última noche de juerga

Cinco: Maracanda es como yo llamo en la intimidad de los sueños al Aleph de Borges. Tanto escribir sobre caos y movidas de esas me está afectando el cerebro.

Seis: Se está rodando la segunda parte del Show de Truman. Y yo soy Truman Burbank. Los guionistas deben estar pensando en introducir pinceladas de misterio exótico.

Siete: En algún idioma ignoto Maracanda significa "ponte a trabajar". No la descarto

Y así indefinidamente. Las posibilidades son variadas. Maracanda puede ser mil cosas. Puede ser incluso una broma de algún ser cercano que posea ciertas nociones de historia. Puede ser un bar de Oviedo, Gijón o León. Un programa de quita y pon de la Sexta o una banda de grindcore.
Pero finalmente no me parece nada de eso. Creo que es mucho más sencillo. Tras darle muchas vueltas creo que Maracanda es la terca reiteración de mi subconsciente. Harto de ser algo difuminado, nebuloso o indefinido ha querido presentarse, eso sí, cordial y elegantemente, a través de un mensaje de texto.


Fíjate qué cool



Comentarios

BLIS ha dicho que…
Muy buena la enumeracion de motivos. Y me ha gustado el planteamiento
Yo habia pensado en lo de la reencarnacion
Es un tema que me perturba, y tengo un relato pendiente sobre el tema
Jorge Maseda ha dicho que…
Haber RoberTin, es muy facil, en algún momento de tu anterior vida seguramente vendías cosas como sortijas, jarrones...andabas en el tráfico de mulas, o tal vez hayas sido un mensajero moribundo del tres al cuarto, antiguallas que seguramente llevabas en un camello flaco y hambriento... jajajajaja, y de un modo u otro algunos de sus últimos recuerdos, lugares o secretos quedaron encasquetados en ese cerebro tuyo tan sabio y sorprendente... no te preocupes, es normal, solo tienes que ir a Maracanda a reclamar el reino que por allí te has olvidado.
jejejejeje... un abrazo hermano, grandes fotos las de hoy.
Estefania ha dicho que…
yo me decanto por esta opcion: Maracanda es una cumbia caribeña que se coló en mi subconsciente en la última noche de juerga, jajaja.

pero quien sabe...tu y tus sueños, ayyy!!


besines Oh!!
fag ha dicho que…
joder te estás saliendo!! jajaja
El Andariego ha dicho que…
Hubo un embajador del rey Enrique III de Castilla mal llamado "El Doliente", se llamaba Ruy Gómez de Clavijo. En los inicios del siglo XV realizó un viaje hasta SAmarcanda , partiendo de Alcalá de Henares y se embarcó en Cadiz, desde 1403 hasta 1406 que volvió a la corte con presentes del gran Tamerlán. Escribió un libro que narra su periplo. Yo leí en su día el texto que está en :
"Libros de los malos tiempos"
Miraguano Ediciones 1984. Me imagino que estará descatalogado pero puedes intentarlo en
http://www.uniliber.com/
o en http://www.iberlibro.com/
suerte, y si no pues intenta con adnacramas. Un saludo. Tal vez encuentres al preste Juan. De todas maneras tu historia es fascinante.
El Andariego ha dicho que…
Me olvidé de ponerte el nombre del libro:
"Embajada a Tamerlán"

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